El concepto de Educación Ambiental es definido de la siguiente manera en la propuesta de la UNESCO (1970): "La educación ambiental es el proceso que consiste en reconocer valores y aclarar conceptos con objeto de fomentar destrezas y actitudes necesarias para comprender y apreciar las interrelaciones entre el hombre, su cultura y su medio físico. La educación ambiental incluye la práctica en la toma de decisiones y la propia elaboración de códigos de comportamiento relacionados con la calidad del entorno inmediato al ciudadano".

La Educación Ambiental no debe estar en la escuela como una nueva área curricular, sino como una filosofía que dinamice la vida escolar. Todo el currículo debe estar impregnado de respeto por el medio ambiente. Asimismo, la EA ha de transmitir una serie de valores, actitudes, procedimientos y conocimientos que permitan al alumnado conocer el medio ambiente, utilizarlo correctamente, valorar la necesidad de su conservación y mejora, y sentirlo como un inestimable bien colectivo.

lunes, 16 de abril de 2012

LA "RUINA MONTIUM": CUANDO EL ORO MUEVE MONTAÑAS


La agresión al medio ambiente en modo alguno es un fenómeno contemporáneo ni el mundo moderno tiene la exclusiva, ya que en tiempos del Imperio Romano se transformó todo un entorno natural mediante la "industria extractora" del oro. Y no sólo fue la Naturaleza quien sufrió, miles de seres humanos dejaron aquí sus vidas, trabajando como esclavos, para abastecer la codicia, el lujo y la corrupción de una violenta potencia colonizadora.
Si hay un lugar que a lo largo de los siglos ha permanecido como testimonio inalterable de la barbarie humana es, sin duda alguna, ésta espina sangrante clavada en el corazón del Bierzo leonés, que se conoce como Las Médulas. Camino de León hacia Galicia se alcanza un paraje único e increíble, Las Médulas, al que siglos atrás habían llegado ya los romanos en busca de oro. Es una obra gigantesca de ingeniería romana para extraer de las montañas el preciado oro. Aquí los romanos removieron millones de toneladas de tierra mediante el procedimiento conocido como "ruina montium". Montañas enteras quedaron reducidas a barro y oro que fue a engrosar las arcas del Imperio.
Las Médulas están situadas en la comarca leonesa del Bierzo, muy cerca de la provincia de Orense, rodeadas por los ríos Sil y Cabrera y los arroyos del Valao y del Isorga. En época romana, Las Médulas estaban en territorio perteneciente a los Astures denominado Asturia.
Este paraje natural fue en su origen una explotación romana de oro a cielo abierto, aunque los pueblos indígenas prerromanos ya habían explotado el yacimiento, bateando los placeres fluviales. Seguramente los romanos empezaron a trabajar en la zona en la época del emperador Octavio Augusto, quien dirigió personalmente la mayor parte de las acciones que entre los años 26 y 19 a. C. conquistaron definitivamente los pueblos del norte de la península Ibérica.
El espacio de Las Médulas siempre ha sido una fuente de preguntas respecto a los procedimientos seguidos por los romanos en sus trabajos de minería del oro. La única fuente directa con la que contamos es la que hace Plinio el Viejo (23-79 d. C.) del proceso:


“El procedimiento supera el trabajo de los gigantes; las montañas son minadas a lo largo de una gran extensión mediante galerías hechas a la luz de las lámparas (...) su misma duración sirve para medir los turnos y por muchos meses no se ve la luz del día. Este tipo de explotación se denomina arrugia y de improviso se producen grietas y hacen perecer a los trabajadores (...) Acabado el trabajo de preparación, se derriban los apeos de las bóvedas de los más alejados; se anuncia el derrumbe y el vigía colocado en la cima de la montaña es el único que se da cuenta de él (...) La montaña, resquebrajada, se derrumba por sí misma, con un estruendo que no puede ser imaginado por la mente humana, así como un increíble desplazamiento de aire. Los mineros victoriosos contemplan el derrumbe de la Naturaleza (...) Las tierras (...) en la ruina montium o arrugia son transportadas por el agua. El oro obtenido mediante la arrugia no se funde sino que es oro al instante.” (Plinio, Historia Natural, XXXIII)

A partir de esta descripción de Plinio se puede reconstruir la forma en la que tenían lugar los derrumbes, provocados sin duda por verdaderas explosiones, lo que sugiere un método basado en la compresión del aire.
La corta de minado o ruina montium (derrumbe de los montes) fue el sistema más espectacular de los empleados por los romanos en Las Médulas, cuyo paraje ha quedado marcado a lo largo de los siglos con una singular y única forma a raíz de las obras romanas. Este era un sistema de minería usado ya en la Roma Antigua, que se basaba en la fuerza del agua para derrumbar extensiones amplias de montaña de un solo golpe. La técnica consistía en cavar galerías en el interior de una montaña, desbordar un río para que su agua se introdujera y, con la presión ejercida por la misma, la montaña se derrumbaba desde sus cimientos. Del lodo resultante se extraía oro.
Después de haber construido una red de pozos y galerías sin salida externa en la base de la masa de materiales que se quería derrumbar, a continuación se ahuecaba una zona de forma aproximadamente esférica en el centro del monte seleccionado para producir su "ruina". Se introducía agua a presión por la parte inferior de la citada cavidad lo que producía la compresión del aire almacenado cuya presión aumentaba al disminuir el volumen de acuerdo con la ley de Boyle. Cuando la presión interior superaba la resistencia del terreno se provocaba la "ruina montium", produciéndose la expansión de aire comprimido con un el increíble desplazamiento de aire que señala Plinio.
La fuerza que provocaba las explosiones provenía de la presión del agua, que necesitaban en abundancia y situada a una altura necesaria para que la presión en la cueva principal fuese suficiente. Para disponer de este agua los romanos construyeron una extensa red de canales (corrugi) de más de trescientos kilómetros de longitud total, que traían agua desde las cotas más altas de los Montes Aquilianos, e incluso desde las cuencas del Sil y del Duero. El agua se recogía en embalses (stagna) situados en las cotas altas de Las Médulas.
Este enorme trabajo de ingeniería realizado para la extracción del mineral supuso una gran alteración del medio ambiente, pero ha dado como resultado un paisaje grandioso y espectacular de arenas rojizas, repleto de vegetación de castaños y robles. Se considera un "paisaje cultural" y tiene la denominación de "Parque Cultural".
Y resulta curioso que lo que en la actualidad contemplamos extasiados como algo mágico y maravilloso, realmente es el resultado de todo un desastre ecológico. Su origen no es otro que la explotación de lo que fue la mayor mina de oro del Imperio Romano. Los restos que hoy podemos ver eran una compleja obra de ingeniería, embalses de agua y todo un sistema de túneles y canalizaciones.
Si hay lugar donde se ve el poder de la naturaleza para cicatrizar las heridas más profundas, ese es las Médulas ¡La belleza de la destrucción! .Una paradoja que aquí se aprecia con toda su fuerza, hasta el punto de hacer que el alma se vea envuelta en sentimientos contradictorios. Un extraño soplo espiritual flota sobre el lugar, unido a ese silencio berciano, característico, que hace que en algunos momentos se te pongan los pelos de punta.
Esa belleza de la destrucción, está pintada con brochazos de sangre, sudor y lágrimas. Y lo encontramos en un paisaje de extraordinaria belleza: Las Médulas. Un lugar sorprendente y sobrecogedor que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 1997.


Puedes ver también un ejemplo de cómo se realizaba la "Ruina Motium" haciendo click aquí.

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